Viernes en la tarde y me dirijo a una estética masculina ubicada en López Mateos, se llama Cassanova, a unos metros del puente atirantado, al entrar me recibe una señora ya grande que era encargada del lugar, pero sentadas hay cinco chicas de muy buen ver, hace que las muchachas se presenten y sin lugar a dudas elijo a Dulce, una chica que aparentaba unos 20 años, delgada, bajita de