jueves, 19 de abril de 2018

Emeralda de Luigis

Salgo de trabajar a las 5pm como siempre y me dirijo hacia el centro de la ciudad, pero en el camino paso por Lopez Cotilla y una cuadra antes de Américas (yendo de concentro al centro) se encuentra la estética masculina Luigis (Calle Manuel López Cotilla 1882), un lugar que ya tenía tiempo que no visitaba. Cual fue mi sorpresa que me encuentro con Esmeralda, una chica con la que ya había estado antes (como un año atrás), y ya no la había visto, sin pensarlo la elijo a ella y nos vamos al cuarto escaleras arriba. Tengo que decir que Esmeralda es una chica delgada, con pocas, pero firmes tetas
(hermosas por cierto), unas nalgas duritas y espectaculares, de estatura promedio, de cara muy bonita y un poco morena.  Después de conversar un poco (me pregunta por mi perro y yo por sus hijos), pago el precio $490 x media hora y me tomo una ducha; para oler rico para ella, después de la ducha me pongo desodorante y perfume.

Esmeralda regresa un poco después de bañarme, me pregunta que si quiero masaje y le digo que no, que prefiero disfrutar su cuerpo cuanto antes y aprovechar al máximo el tiempo, me abraza y me dice que que rico huelo, que le encanta mi perfume, que en realidad, casi nadie se toma la molestia de oler rico, me empieza a besar, primero el cuello y después los labios, me comienza a jalar a mi amigo, comienzo a recorrer su cuerpo con mis manos.

Llego vestida con un vestido negro, muy escotado, y también muy corto, apenas le tapaba, pero si la veían de espaldas alcanzaba a dibujarse el inicio de sus nalgas; mientras recorro su cuerpo con mis manos, empiezo a acariciarle los pechos, mientras ella me la seguía jalando, de sus pechos, a sus nalgas mis manos van y vienen, vienen y van, por fin le quito el vestido y ella me pone el condón. Comienza a hacerme un oral, que creánme querido lectores fue espectacular, le cabía toda la envergadura de la verga. La vista era maravillosa, veía como mi verga se perdía en su boca y también sus pechos como se movían víctimas de la gravedad y del movimiento. Con mis manos acariciaba sus pechos, mientras que ella, si dejar de mamar, me volteaba a ver con una mirada pícara e infantil. Después de aproximadamente 10 minutos de un oral de ensueño, la levanto y le digo que se recueste mientras yo de pie, la comienzo a penetrar, mis manos aprietan sus pechos, mi lengua lame sus pezones, mis dientes le dan mordiscos pequeños y exhalo mi aliento sobre sus pechos. Ella empieza a gemir, cada vez mas, pidiéndome que le de más y más duro, aumento el ritmo y cuando siento que voy a terminar le digo que cambiemos de posición, ahora yo estoy recostado en la cama y ella arriba de mi, cabalgando como una experta jockie, ya ella esta gritando, diciéndome que va a terminar, pero yo no estoy dispuesto a acabar aún, así que le digo que se ponga de a perrito, no saben amigos que vista, es algo similar a una ambrosía. Comienzo a darle duro, mis manos recorren su espalda, tambien la toman de la cadera para crear el movimiento cadencioso, le jalo los cabellos, le aprieto los pechos y por fin vacío toda mi leche mientras ella se pierde en un grito de placer.

Al terminar me quita el condón y me limpia con unas toallitas húmedas, como de bebé, nos damos una rica ducha y mientras nos bañamos nos damos unos besos, mientras nuevamente la cachondeo, al final me fui con una muy grata experiencia, como siempre cada que voy ahí. Después les contaré más historias de esa misma estética.

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